Perdida En El Bosque Oscuro
Risas infantiles me hacen caminar más allá del sendero. La locura me envuelve de nuevo con su oscura capa aterciopelada. Me hace imaginar que mis fríos y muertos brazos acunan a una criatura inocente, apenas nacida, de mofletes rosados y cálida piel.
¡Nada es real! Quizás nunca lo fue si es que en verdad algo de lo vivido pasó. Ahora ya no lo sé. ¡Ya no puedo recordar!
La Oscuridad se intensifica al igual que el frío. Siempre el frío. Ya siempre hace frío. La chimenea ardiente y chispeante ya no calienta. La locura regresa afilada y cortante como dagas envenenadas. Recuerdos de unos fuertes brazos alimentando el fuego. Recuerdos que hacen sangrar y morir poco a poco. ¿Existes? ¿Dónde estás? Ya no te puedo sentir. Tal vez existes en la oscura locura que congela mi corazón marchito. No puedo saber si eres real, invención, locura o nada o quizás todo, mi todo...
Cuervos graznando no me dejan ni respirar ni pensar. Debo seguir. Seguir ciega caminando sin rumbo al abismo próximo. Oscuro y profundo. El rumor del agua se escucha muy cerca. Tan cerca como el final, mi final. Tan sólo queda llegar y saltar. ¡Saltar! Las gélidas aguas serán las que me abrazarán, me cubrirán y arrastrarán mucho más allá de la eternidad donde se marcharon mis dulces recuerdos para jamás regresar. Lejos, muy lejos, pero sin nunca poder abandonar Mi Bosque Oscuro, Mi Locura ni el poder recordar.
EME82
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