El Faro y La Muerte
El faro apagó su luz durante la brava tormenta. Los marineros con ello, perdieron toda esperanza de vida, si es que a estas alturas le restaba alguna. La noche cerrada, gélida, mortal, seguía su travesía oscura. La luna nunca estuvo presente.
Cada mente dibujaba un recuerdo diferente y con personas diferentes. La muerte siempre estuvo al lado de cada uno de ellos. Las lágrimas se camuflaban con las gotas del mar que llegaban a sus rostros tristes y desolados. El fin estaba cerca.
En el pasado se quedó el sueño de formar una familia, de cambiar de residencia, quizás la compra de un nuevo auto, tal vez el pedir la mano a esa chica que siempre estuvo en su corazón.... La lista por hacer era inmensa y multiplicada por cada integrante de la tripulación. Todos sabían que ahora, sin luz guía, todo quedaría sin hacer.
El mar cada vez más bravo. La piel cada vez más congelada, el rescate no llegaba y la costa... Lamentos, despedidas, palabras mal sonantes, maldiciones, todo sonaba a cada instante. Eran los últimos momentos para todos ellos. Nadie imaginó ese final o tal vez sí. Cada uno de ellos, en cada trabajo en el mar, en cada propuesta de pesca, estaba en letra pequeña tatuada en sus corazones pero se negaban a verlo, al igual que sus familiares. Todos lo sabían y nadie lo admitía, cruel tal vez, pero muy real.
Los minutos pasaban y el puñetero faro no se iluminaba de nuevo. ¿Dónde estaba metido el farero? ¿Por qué olvidó hacer su trabajo? Maldiciones contra él resonaban más que cualquier otra cosa. La ilusión se esfumó hace rato al igual que el motor del maldito barco que los llevaba a la muerte segura.
En el barco comenzó a entrar más agua. Todos llevaban los chalecos puestos. Las cápsulas con los botes salvavidas preparados, pero era de admitir, que la bravura del mar los ahogaría a la primera de cambio. La suerte estaba echada y ellos eran los perdedores.
El más joven dijo en voz alta :
- ¡Mañana nuestras madres llorarán nuestras muertes, sino lo hacen ya. Hace horas que debimos de pisar puerto!.
El barco comenzó a escorar. El miedo se hizo más presente. El silencio se unió. La muerte ya era palpable. Las olas crecían y nadie venía a salvarlos. El faro maldito mil veces, continuó en penumbra. Las cápsulas fueron echadas a la mar. Los marineros tras ellas, pues dos eran. Intentaban subir como el mar les dejaba. Unos ayudaban a otros. Las olas los golpeaban sin descanso y los arrastraba separando la una de la otra. Cada vez más distantes. Las voces ya no se podían distinguir por el rugir del mar. La oscuridad era la dueña de todo y los minutos pasaban.
Algo golpeó uno de los botes salvavidas, tal vez algo del barco y la rajó. Los marineros cayeron al agua. Las gélidas aguas los hicieron presa y poco a poco se les escapaba la vida de una forma cruel. Casi congelados y movidos como muñecos, separados unos de otros, tragando agua.... Poseidón se cobró un alto precio por surcar su territorio y pescar a sus criaturas.
El otro bote corrió casi la misma suerte, una alta y fuerte ola lo volcó. Todos cayeron al agua, golpeándose. Sus cuerpos ya no aguantaban más, sus últimos pensamientos se iban de la mente como humo por la chimenea. Las fuerzas se terminaron y La Muerte los besó. Se fueron relajando por el frío y adormilando hasta expirar su último aliento.
Todo acabó antes del amanecer. Como tocado por la maldad del infierno, el faro se iluminó media hora antes del amanecer y el mar se iba también quedando dormido. Como un mal chiste, una broma del destino, todo se relajó poco tiempo tras la muerte de todos ellos. Lo más cruel fue que estaban cerca de la costa, cerca de donde estaba esperando su llegada, cerca de esos guardacostas que iban a empezar la búsqueda y rescate, pero que el mal tiempo les había impedido salir cuando recibieron el S.O.S. del barco. Maldita la noche oscura, la mar bravía y el faro apagado. Maldito Poseidón que todo lo cobra.
Bendecidas las Almas
que descansan en el mar y
sus familias.
EME82
Maravilloso como siempre Eos
ResponderEliminarUn placer volverte a leer, Hechicero. Muchas gracias por comentar. Oscuro Día.
EliminarSiempre estoy escondido en lo más oscuro de la noche...donde nadie busca, donde nada se encuentra
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