Un golpe fuerte y sordo me despierta en la noche. Es tarde, muy tarde. No veo nada y mi mano te busca en la cama desierta y fría. Por instinto te llamo. Te llamo, pero tú no respondes. Busco en la oscuridad de la estancia esperando ver tu silueta y comprender que pasó para que se halla producido tal ruido, pero es inútil. Todo está ahora en silencio, oscuro y solitario.

   Me levanto y descalza recorro la habitación, el baño y al no descubrir nada, miro por la ventana. Nada cambia. Afuera todo está en calma, los árboles bailan bajo la luna y las pocas estrellas que se alcanzan a ver. El búho observa atento, muy atento con esos grandes y bellos ojos nocturnos. El búho ulula como si comprendiera la situación, calmándome y haciendo que regrese a la cama. No encendí la luz, así creí poder verte mejor si estabas ahí, pero .... Tú no estás.

   Respiro profundamente y tu olor me llena los pulmones o eso creo, pues ya no sé que es o no real. Una de las velas que compramos para la última fiesta, es la que alumbra la noche, como un faro esperando el regreso de los marineros entre la fuerte tormenta, pero tu barco, dentro de tu oscuridad, no la divisa aún o no deseas ver la luz que te traiga a la costa, nuestra costa, nuestra casa....

   Maldita como vendita vela. Tantos recuerdos. Esa última fiesta. Tantos invitados, tantas risas, bailes, alegría, felicidad, complicidad entre todos... ¿ Qué queda ahora de ello ? Nada, tan sólo recuerdos. Recuerdos amargos al sentir que fue " La última fiesta " " Nuestra última, patética y estúpida fiesta " . En esta maldita fiesta se quedó toda la felicidad, las risas, los bailes, el alcohol, el humo hechicero y placentero que brotaba de tantas bocas, con tantas insinuaciones, erotismo... Nuestras fiestas. Esas fiestas tan deseadas por tantos, requeridas por todos ellos, donde todo valía, donde todo se disfrutaba sin miramientos, sin tapujos, sin miedos, sin .... ¡¡ Qué importa ya !! Porque el " SIN " más importante ahora es " SIN TI "

   Ya no hay pétalos de rosas negras y rojas cubriendo los lechos de las habitaciones. Las velas perfumadas encendidas. El hogar encendido. Bebidas frías enterradas en gélido hielo grueso partido con punzón... Cuantos recuerdos. Cuantos anhelos. Cuanto SIN TI....

   Me levanto rápidamente al volver a escuchar el mismo sonido. Bajo a oscuras las escaleras de madera, corriendo, llamándote y ... No eres tú quien responde. Los animales jugaban junto al hogar del salón. Tu gato y mi perro. Menuda pareja, siempre juntos, cómplices de sus juegos locos y siempre peleándose, como nosotros. Igual a nosotros, tan iguales como tan diferentes. Compartíamos tanto, la escritura, la música, la lectura, las fiestas, las diversiones.... Pero nos separaba tus ganas de comerte el mundo, comerte en realidad todo lo que se te pusiera delante y usara tacón de aguja alto y vestido corto, decenas de brochazos de maquillaje y complicados peinados, tampoco importaba si esa noche erais dos o tres o los que hiciese falta para completar la fiesta, sin importar YO. Yo que prefería ser la devorada por el mundo, disfrutar del hogar, el bosque y todo lo demás que te parecía tan poco. Yo la observadora. La no existente y presente de tus lujuriosas historias llenas de picardías, tan entretenidas de disfrutar. Te veías tan feliz. Tan pícaro. Tan loco. Tan tú. Tan cabronamente tú, sin más que decir. Disfrutábamos bien cada cual a su manera pero unidos. Tú, tú, tú....

   Tú no estás. Como jamás estarán presentes esas fiestas locas vividas entre nos. Que nos destrozaron como un cartucho de dinamita. Haciéndolo volar todo por los aires y lo peor es que ni te inmutaste. Desapareciste tan rápido que aún te busco cada noche en la oscuridad porque sé que en la claridad jamás te hallaré. Me resisto a ver tu ausencia. Me enloquece. Me destruye. Tú, tú, sólo tú. El que toda noche regresa con su violín a mi lecho para regalarme pétalos de rosas negras y rojas, pero el que ya no me dice :

¡¡ TE HECHO DE MENOS !!

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