Reloj de Arena
Era mía el perfume de la lluvia y el calor de la leña en la hoguera.
Eran míos sus labios ardientes y sus afilados dientes.
Era mía su húmeda lengua y el recorrer de su bello cuerpo desnudo.
Era mío, todo era mío....
Como era mío el tiempo a su lado y el velar sus noches,
el ondular de su largo cabello y escuchar de su risa traviesa.
La Dama del reloj de Arena es ahora la dueña de todo,
de todo menos el tortuoso recuerdo de su enérgica esencia a mi lado “ .
EME82
Fueron del uno para el otro, el tiempo la distancia tal vez el culpable de su adiós, no pudieron entrar en razón creyeron alejarse mutuamente, pero siempre estaban hay en cada anochecer, en cada amanecer, pero nunca se dieron cuenta de ello..
ResponderEliminarGracias por comentar de tan bella forma. Oscuro Día.
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