“ La noches está fría y oscura. En el exterior se escucha sonidos escalofriantes. Hoy no es una noche normal, algo sucede y todos temen.

Unos arañazos suenan en tu puerta. Te asustas. Te escodes. En cuclillas en una esquina, crees es más difícil ser hallado. Alguien entra en la habitación. Tu corazón palpita como loco. Sabes que no hay escapatoria posible y tu fin ha llegado.

El ser al que temes se acerca en la oscuridad. No tardó en encontrarte. Su fea cara de sonrisa escalofriante, te mira, se ríe... Te tapas los ojos. No quieres verlo. Su olor de putrefacción te levanta el estómago. Sientes náuseas, pero puede sea el pánico que sientes y no el olor.

Se inclina sobre ti. Te agarra fuerte del cabello y tira hacia arriba haciéndote levantar rápido entre gritos de dolor. Su sonrisa se hizo más grotesca y estúpidamente feliz. Su aliento es irrespirable y tu cara está justo en frete a la suya con diferencia de pocos milímetros. Saca su asquerosa lengua y te lame el carrillo izquierdo. Gritas. La saliva quema. El dolor no dura mucho. Un daga te atraviesa y saca el corazón.

Estúpido payaso. Esta noche arrasó con los corazones de una pequeña población montañosa que festejando ignorantes se rieron de Leyendas de antaño sobre un Oscuro Ser sediento de corazones palpitantes que regresaba allí cuando se creía nada más era un cuento de viejas, atraído por las mentes burlescas que lo invocaban sin saberlo tras la burla “ .

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